Para
enaltecer la partirá es necesario un sentimiento de nacionalismo latente en
cada habitante del país, pero para lograrlo debe llevarse a cabo una construcción,
la cual comenzó a gestarse al mismo
tiempo que la nación.
El
comienzo de dicha construcción reside en la revolución de mayo y sus exponentes:
Domingo French y Antonio Luis Beruti,
los hombres ilustres que contribuyeron de forma activa con la renovación del
gobierno, quienes además de exigir un Cabildo abierto y la destitución del
Virrey Cisneros se encargaron de repartir cintas a modo de distinción de
quienes se encontraban a favor de dicho movimiento. Deben considerarse como un
primer indicio de ser nacional, ya que de forma popular se manifestaron en contra de las autoridades gobernantes. Aunque ahora los reclamos de ese tipo son muy comunes, en nuestro país tuvieron inicio de la mano de estos señores.
De una
forma completamente distinta Domingo
Faustino Sarmiento creía en una construcción del ser nacional separando los
civilizados de los bárbaros, donde los únicos que tenían derecho a ser
considerados nación eran los primeros. Durante ese contexto los caudillos, como
Facundo Quiroga y Juan Manuel de Rosas, eran la
figura de ser nacional; y mediante su obra “Facundo” lo repudia por completo. Para Sarmiento el caudillo,
gaucho e indio -el grupo de los bárbaros-
no debían representar la nación, ni formar parte de ella.
El
máximo exponente del ser nacional argentino aparece gracias a José Hernández, quien convirtió al “Martín Fierro” no solo en la obra de
poesía gauchesca más importante de la literatura Argentina, si no que también
dejó marcada la imagen del gaucho como ideal del ser nacional. Como
representante de las costumbres y tradiciones argentinas, el gaucho es un héroe
que nunca las va a dejar olvidadas, ni se va a influenciar por la cultura
Europea, en contra posición a lo que creía Sarmiento que debía suceder para ser
civilizados.
Estos
tres relatos significan el principio de la búsqueda de la identidad nacional,
que es llevada a cabo por un estereotipo de persona adulta, con una postura
ideológica y política muy clara. En contraste con este tipo de representante,
los otros tres textos a continuación muestran como denominador común a la
juventud que continua con la construcción del ser, pero esta se ve afectada por
el contexto que transitan.
La
década de los 60’
es el fiel reflejo de la sociedad idealista, donde la juventud se manifiesta
activamente de distintas formas, a través de la música, el arte, la
participación política, o en contra de la guerra, como medio para la búsqueda
de su referencia de ser nacional. En este momento Quino plasma, mediante sus historietas, a “Mafalda” como la representante del ser nacional de la época. La
niña de 6 años es en miniatura lo que todos deberían ser en grande, porque su
compromiso y preocupación por la realidad social, la lucha que ejerce con sus
ideales irrevocables, entre otras cualidades, dan lugar a que forme parte
de la construcción del ser nacional.
Sin
embargo durante la dictadura militar todos esos ideales se cayeron a pedazos,
la represión y censura fueron los motores de destrucción de todo lo que se habían estado
gestando. Durante este trágico periodo
surgió el conflicto armado por la soberanía de las Islas Malvinas que desemboco
en la guerra más injusta que vivió el país. Aunque toda la sociedad se vio
afectada ante este lamentable suceso, la juventud quedo devastada tanto
psíquica como anímicamente.
Rodolfo Fogwill refleja en “Los Pichiciegos” esta realidad, incluso
se anticipa. “El Pichi
es un bicho que vive abajo de la tierra. Hace cuevas. Tiene cáscara dura-una
caparazón- y no ve. Anda de noche. Vos lo agarrás, lo das vuelta, y nunca sabe
enderezarse, se queda pataleando panza arriba”
Así de
asolada estaba la juventud, sin esperanza ni futuro. Escondidos en un pozo, sin
nadie que los represente.
Malvinas
es uno de los mayores emblemas de la nación argentina y todos los muchachos que
pelearon en las islas son considerados los héroes nacionales del SXX.
Finalmente
la tragedia no natural más grande de la Argentina tuvo lugar en República de Cromañón, donde 195 jóvenes murieron
por causa de un incendio, que se ocasiono al tomar contacto un elemento de
pirotecnia con la media sombra del techo del boliche, durante un recital del ex
grupo Callejeros.
En el
relato “Cromañón. La tragedia
contada por 19 sobrevivientes” los muchachos que
dieron su testimonio demostraron que para ellos la banda representa la idea de
ser nacional. La música, las letras, los integrantes de la misma, los
identificaban a tal punto que generaban una exaltación de la imagen de
Callejeros, similar a como sucedió con Malvinas.
A lo largo del seguimiento estos
textos quedó demostrado que no existe un único referente de ser nacional, ya que la construcción
del mismo se lleva a cabo contemporáneamente con la época.